Mi ramo

 

Hola de nuevo a todos!!

En el anterior post, os hablé de mis ganas de haber subido alguna entrada en las últimas semanas de preparativos de nuestra boda, pero que me fue francamente imposible.

Pues bien, a raíz de eso, se me ha ocurrido inaugurar una nueva etiqueta en el blog: “diario de una novia”. En estos post os intentaré hablar un poco de como fue mi experiencia de algunas cosillas. Y aunque la boda ya ha pasado, sigo leyendo blogs, revistas, explorando por internet sobre bodas y todo lo que ellas conlleva. Por lo que cuando encuentre algo curioso, novedoso, con encanto, lo compartiré por aquí con vosotros.

En el post inaugural de esta nueva etiqueta, quiero hablaros sobre mi ramo de novia. (En mente tengo otro sobre ramos de novia en general). No os podéis creer la guerra que me ha dado!!! Puede ser porque no tenía ni idea de lo que quería, sólo partía de la base de lo que no quería (algo es algo).

No soy una experta en la materia, por lo que no voy a daros consejos, sobre como debe ser un ramo de novia. Cada una tiene su estilo y su gusto. Pero si que os voy a contar cuales son las consignas que tuve en cuenta y que me ayudaron: que no fuera muy grande (una no es muy alta), que lo pudiera abarcar con una mano, que me sobrase sitio y que tuviera movimiento.

Con todas estas ideas y a menos de dos semanas de la boda, por fin fui a la floristería. Tuve la suerte que me conocen y que cuentan con una gran experiencia en su haber. Y me hicieron MI RAMO, que no vi hasta que llegué a la ceremonia (me lo dieron entre mi sobrino y mi chico, fuimos así de originales). Nada más verlo me enamoró, era yo.

Mil gracias María Jesús y Javier (floristería Makoyana) por sacarme una sonrisa nada más bajarme del coche!! Por entender lo que quería y hacerlo realidad!

 

Fotos: Andoni Gascón

Espero que os haya gustado! Hasta el próximo post!!!